El producto estrella de las cajas del mes de diciembre en TALKUAL ha sido la coliflor verde. Y con ella, la pregunta del millón en nuestro buzón: "¿Esto es brócoli o romanesco?". ¡Ninguna de las dos!
Tiene la forma de una coliflor de toda la vida, pero un color verde lima que despista a cualquiera. Básicamente, la coliflor verde es una variedad fascinante que merece un hueco urgente en tu cocina, así que quítala ya de tus exclusiones, que nos conocemos...👀
En esta guía aprenderás las diferencias con la coliflor blanca, sus propiedades únicas y, lo más importante, cómo cocinarla paso a paso para no desperdiciar nada.
Este contacto directo con la luz hace que desarrolle clorofila, lo que transforma tanto su nutrición como su sabor.
Nutrición: Al tener clorofila, posee más Vitamina C y betacarotenos que la variedad blanca.
Sabor: Es más dulce, suave y con un ligero toque a fruto seco (nuez).
Olor: Si odias el olor a azufre al hervir verduras, te encantará saber que esta variedad huele mucho menos al cocinarse.
Aunque se confunden a menudo, ambas son de la familia de las brasicáceas y tienen un color similar, no son lo mismo. Aquí tienes las claves para distinguirlas rápido:
Forma: El romanesco tiene picos geométricos en forma de espiral (fractales), mientras que la coliflor verde es redonda y compacta, idéntica a la blanca.
Sabor y textura: El romanesco es más crujiente y terroso. La coliflor verde es más tierna, cremosa y dulce.
Más allá de su bonito color, incluir esta verdura en tu dieta aporta beneficios extra gracias a su perfil nutricional único:
Alto poder antioxidante: Gracias a la Vitamina C extra.
Rica en fibra: Ideal para la saciedad y la salud digestiva.
Baja en calorías: Perfecta para dietas ligeras sin renunciar al sabor.
Si eres de los que corta los "arbolitos" y tira el resto a la basura, te estás perdiendo gran parte del alimento. Aquí te explicamos cómo usar cada parte de la verdura:
Es la parte protagonista. Al ser más tierna que la blanca, necesita menos cocción.
El truco de oro: Cocínala "al dente". Si te pasas, se vuelve gris y pastosa. Queremos que cruja.😛
No son envoltorios, son comida muy nutritiva, similar al Kale o las acelgas.
Las hojas pequeñas: Son las interiores y más tiernas. Hornéalas con un poco de aceite y sal para hacer unos chips crujientes.
Las hojas grandes: Tienen un nervio central fibroso. Trocéalas y saltéalas con ajo y pimentón o úsalas para enriquecer caldos y cremas.
Mucha gente lo ignora por ser duro, pero el interior del tronco es la parte más dulce de toda la planta.
Cómo prepararlo: Pélalo con un cuchillo para retirar la capa exterior fibrosa hasta llegar al centro tierno. Córtalo en dados para sopas, arroces o incluso crudo en láminas finas (carpaccio).
El mayor reto con esta variedad es evitar que se vuelva marrón o grisácea. Aquí tienes el "semáforo de cocción" para acertar siempre:
🔴 Hervida (Cuidado): Es el método menos recomendado porque pierde color y vitaminas en el agua. Si lo haces, que sea máximo 3-4 minutos y pásala inmediatamente por un bol con agua y hielo para fijar el verde.
🟢 SÍ al vapor: Unos 5-6 minutos son suficientes para que quede tierna pero firme.
🟢 Al horno o asada (La mejor opción): Hornea a 200°C durante 15-20 minutos con tus especias favoritas (cúrcuma, curry o pimienta). Al tener menos agua que la blanca, se dora mejor y potencia su dulzor natural.
Esta variedad es más perecedera que la blanca, por lo que necesita cuidados específicos:
En la nevera: Guárdala sin lavar y en una bolsa perforada. La humedad es su enemiga y acelera la aparición de hongos. Consúmela en 4-5 días.
Cocinada: En un tupper hermético aguanta perfecta 3-4 días.
Cómo congelar coliflor verde: Nunca la congeles cruda o se pondrá negra. Debes escaldarla primero (hervir 3 minutos + baño de hielo), secarla muy bien y entonces congelar. Te durará hasta 12 meses
Una opción genial para una cena ligera y rápida.
Ingredientes:
Preparación:
Ideal para camuflar verdura a los peques (o no tan peques).
Ingredientes:
Preparación:
Ingredientes:
Preparación:
¿Te animas a darle una oportunidad? La próxima vez que veas esa "cabeza" verde en tu caja TALKUAL o en la lista de la caja de la semana, no te asustes. Tu paladar (y tu vista) te lo agradecerán.