No hay nada más práctico y cómodo que recibir una de nuestras cajas de frutas y verduras directamente en casa. Sin embargo, es normal que al verla te preguntes "¿Me va a dar tiempo a usar todo esto?” o “Seguro que algo se me va a poner pocho...".
Que no cunda el pánico ni el pocho: hay maneras muy simples para conservar tus frutas y verduras y evitar el desperdicio de alimentos. No hace falta montar un huerto en el salón ni convertirse en experto en conservación. Teniendo una buena planificación, vas a aprovecharlo todo.
Antes de lanzarte a cocinarlo todo el mismo día “por si acaso”, o a congelarlo todo de golpe, sigue estos consejos y verás cómo aprovechas hasta la última hoja de acelga.
Guárdalas en el cajón de las verduras de la nevera, dentro de una bolsa de tela o de plástico con agujeritos. Evita cerrarlas del todo, que respiren un poco. 👉 Si vienen húmedas, sécalas con papel de cocina. Esto alarga su vida un par de días más.
También al cajón de las verduras, pero mejor separadas de las frutas, ya que muchas frutas sueltan etileno (una sustancia que acelera la maduración). Si tienes espacio, puedes guardarlas en bolsas individuales o envueltas en papel.
Nada de nevera. Mejor en un sitio fresco y oscuro, tipo despensa o armario ventilado. Si las metes a la nevera, se estropearán antes o cambiarán de textura.
¿Y si no lo voy a usar ahora? ¡Pues lo congelamos! ❄️
El congelador es tu mejor amigo para evitar tirar comida. Eso sí, no todo se puede meter tal cual. Aquí van las normas básicas y los productos que aguantan bien
Acelga, col, puerro, zanahoria, calabaza y calabacín: lávalos, córtalos y blanquéalos (hiérvelos 2-3 minutos y pásalos a agua fría para cortar la cocción). Seca bien y guarda en bolsas o tuppers cerrados.
Pimiento y cebolla: puedes cortarlos y congelarlos crudos directamente. Luego puedes usarlos en guisos o salteados sin descongelar.
Boniato y patata: mejor cocinados (asados o en puré). Crudos se quedan con una textura algo rara.
Zanahoria: troceada o rallada, blanqueada unos minutos, seca y al congelador.
🍊 Frutas que se pueden congelar
Mandarina y naranja: pela, separa los gajos y congélalos para smoothies o postres.
Granada: saca los granos y congélalos tal cual.
Caqui y manzana: mejor en trozos o hechos puré.
Limón: congela el zumo en cubiteras o la ralladura (¡muy útil para postres o bebidas!).
Divide y vencerás: cuando te llegue la caja, separa lo que sabes que vas a usar ya de lo que puedes congelar. Así no te pilla el toro.
Etiqueta las bolsas: escribe el nombre y la fecha. No hay nada peor que abrir el congelador y pensar “¿esto era calabaza o boniato?”. Evita jugar al “Quién es quién” con tus verduras.
Congela por raciones: no todo junto en un bloque, que luego tienes que descongelar medio kilo para una cena.
No recongeles: una vez descongelado, úsalo. Si no, pierde sabor, textura y calidad.
Si colocas bien las cosas desde el principio y sabes qué puedes congelar, ganarás tiempo, evitarás tirar comida y disfrutarás de todo con más calma. Y oye, esa sensación de abrir la nevera y ver todo en su sitio… ¡da gustito, eh!😬
La próxima vez que te llegue tu caja semanal, pon en práctica estos trucos. Verás cómo todo te dura más y aprovecharás cada fruta y verdura al máximo. 💡Y si te quedas sin ideas para cocinarlas, en nuestro blog encontrarás recetas fáciles y deliciosas con los productos de tu caja. 😋