Julio huele a verano, a fruta fresca recién cortada y a tomates que saben a huerto. Es ese mes en el que el mercado se llena de colores, aromas y sabores que invitan a comer más natural, más local y con muchísimo gusto. Porque a quien le gusta, comer de temporada es un pequeño placer cotidiano.
¿Sabes cuáles son las frutas y verduras de julio? Te lo contamos a continuación.
La sandía es, sin duda, la reina del verano.👑 Compuesta por más de un 90% de agua, es como beberse un vaso de frescura con cuchillo y tenedor. Además de ayudarte a mantenerte hidratado durante las olas de calor, es rica en licopeno, un antioxidante que protege tu corazón y cuida tu piel del sol. ¿Un truco? Prueba congelarla en cubitos para hacer polos naturales. Nos lo agradecerás...
Al igual que la sandía, el melón tiene un alto contenido en agua, lo que ayuda a mantener el organismo hidratado durante las olas de calor. Aporta vitamina C, potasio y fibra, y su sabor dulce lo convierte en un ingrediente versátil tanto en recetas dulces como saladas, como ensaladas con jamón serrano o batidos naturales. Prueba a licuarlo con hielo y hierbabuena para preparar una bebida veraniega digna de terraza.⛱️
Una fruta deliciosa y refrescante que no puede faltar en nuestros platos de verano. ¿Sabías que el Paraguayo es originario de China y se introdujo en Paraguay en el siglo XIX? De ahí proviene su nombre, aunque también se le conoce como durazno o melocotón. Es una fruta ideal para comer sin ensuciarse mucho y una excelente fuente de vitamina C y betacarotenos, que ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico y a proteger nuestra piel.
¿Sabías que existen más de 2.000 variedades de ciruelas? Desde las más dulces hasta las más ácidas, hay una para cada gusto. Son ricas en fibra y sorbitol, ideales para mejorar el tránsito intestinal de forma natural. También contienen antioxidantes como las antocianinas, que protegen las células del envejecimiento. Pruébalas en tartas caseras, ¡bueníisimas!
Pequeños, tiernos y llenos de sabor, los albaricoques también son llamados damascos. Aportan vitamina A y carotenos, que protegen la vista y la piel. Además, son laxantes suaves y muy digestivos. Puedes comerte tres o cuatro al día, ¡y verás que todo fluye!
El melocotón es una fruta con más del 80% de agua, es ideal para refrescarte en días calurosos. Además, aporta vitamina A, C y antioxidantes. Puedes comerlo tal cual o en mermeladas, compotas y hasta en ensaladas con queso feta y rúcula. ¡Una delicia celestial!🪽
La nectarina es una fruta similar al melocotón pero con piel lisa. Es hidratante, rica en fibra y antioxidantes, y una gran aliada para regular el colesterol. Ideal para quienes quieren cuidar la piel y el intestino al mismo tiempo. ¿Un tip? Ásala en el horno con canela y miel para un postre sencillo y espectacular.
¿Fruta o verdura? Aunque lo pongas en la ensalada, el tomate es una fruta. Y no cualquier fruta: es rica en licopeno, vitamina C y potasio. Refrescante y antioxidante, es la base del gazpacho, el salmorejo y la dieta mediterránea. ¿Sabías que los primeros tomates que llegaron a Europa eran amarillos? ¡El rojo vino después!
Color intenso, sabor terroso y mil posibilidades. La remolacha no solo se gana un sitio en la ensalada, también tiene un pasado artístico: su pigmento natural, la betanina, se ha usado durante siglos como colorante de alimentos y textiles. Es una bomba de ácido fólico, hierro y vitamina C, lo que la convierte en un refuerzo natural para el sistema inmune. ¿Un extra? Su capacidad antioxidante y antiinflamatoria la hace ideal para deportistas. Si eres de los que no-amantes, prueba el hummus de remolacha, te va a sorprender!
El pimiento contiene más vitamina C que las naranjas. Además, también es rico en antioxidantes, como el licopeno y la capsaicina, que ayudan a combatir los radicales libres y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Otra curiosidad interesante es que el pimiento puede variar su sabor según su color. Los pimientos verdes son más suaves, los rojos son más dulces y los amarillos son más suaves y afrutados.
La berenjena, una verdura muy popular y versátil en la cocina, también tiene sus propias curiosidades. Tiene propiedades antiinflamatorias y puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular. Ya sea asada, frita o en preparaciones como la moussaka, la berenjena puede añadir un delicioso sabor y numerosos beneficios para la salud a nuestros platos.
Lechuga y espinacas 🥬
Frescas, verdes y cargadas de nutrientes, la lechuga y las espinacas son las reinas de cualquier ensalada. La lechuga refresca y aporta agua y fibra; las espinacas, en cambio, traen hierro, ácido fólico y un color verde que alegra cualquier plato. ¿Un consejo? Prueba añadirlas también a tus batidos matutinos.
El pepino es como el ventilador del huerto: refrescante, ligero y siempre a punto. Perfecto para ensaladas o como crudité, también sirve para hacer aguas saborizadas o zumos verdes. Contiene sílice, ideal para la piel, y es casi todo agua, lo que lo convierte en un desestresante comestible.
Esta hortaliza contiene una cantidad elevada de hidratos de carbono, pero lo más destacable es su contenido en vitamina A. Una zanahoria de tamaño normal cubre el 89% de las necesidades al día que tiene un hombre de 20 a 29 años de esta vitamina y el 112% para mujeres de la misma edad. El consumo de esta vitamina favorece la visión, por lo que es muy recomendable comer una zanahoria al día.
El calabacín es el comodín de la cocina ligera. Con mucha agua y pocas calorías, es rico en vitamina C y ácido fólico. Puedes usarlo en tortillas, cremas, rellenos, a la plancha o incluso crudo. Nosotros te recomendamos que lo pruebes como espaguetis vegetales con pesto. *chef kiss*🧑🏻🍳
La cebolla, reina del sofrito y estrella del llanto involuntario, es mucho más que un acompañante. Contiene compuestos azufrados y antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y proteger contra el envejecimiento celular. Ya sea caramelizada, crujiente, asada o en crudo, añade sabor y carácter a cualquier plato. Y, aunque te haga llorar, la cebolla siempre vale la pena. 😉