Ahora mismo, todxs tenemos en mente ese sabor amargo de cuando comemos una berenjena que ha sido cortada a rodajas o a tiras. ¿Sabes por qué tiene ese sabor? Resulta que el sabor amargo proviene de su pulpa. Y aunque esté cruda o cocinada, el amargor está allí presente. La pulpa de la berenjena contiene antioxidantes (punto a favor) pero cuando se corta la hortaliza y ésta entra en contacto con el aire, los antioxidantes de la pulpa se oxidan y son los causantes del amargo sabor. Este amargor puede resultar desagradable a la hora de comer, así que os proponemos algún truco súper fácil y rápido para que puedas cocinar tus recetas con berenjena y no tengan este sabor que a veces no le gusta a la gente.
Otra técnica sería cubrir las rodajas de berenjena en un recipiente con sal, agua y leche o harina y dejarlas reposar durante 30 minutos. También es efectiva pero nosotros recomendamos la primera técnica.
Si usas estos trucos, ¡tendrás siempre las berenjenas buenísimas y listas para cocinar cualquier plato! 🍆