Esta semana, entrevistamos al dietista-nutricionista Jose Luis Flores de la Cerda, conocido como el educador alimentario en redes sociales. En sus ratos libres, divulga hábitos saludables por redes sociales y medios de comunicación.
Estoy graduado en Nutrición Humana y Dietética, especializado en nutrición deportiva, nutrición clínica y educación alimentaria. Actualmente tengo mi clínica de psiconutrición junto a mi pareja Beatriz que es psicóloga, colaboro con el C.D.Utrera como responsable del servicio de nutrición del club y trabajo en la red social Instagram ayudando como Educador Alimentario a todas las personas que nos siguen. Por último tanto el año pasado como este gané el Doctoralia Awards en mi especialidad en España.
Por supuesto, lo primero es irnos a los ingredientes que forman el producto para saber qué es lo que tiene. A partir de ahí hay que tener en cuenta que los ingredientes vienen citados de mayor a menor cantidad, de forma que podremos saber qué forma el producto en mayor o menor proporción. Todo ingrediente que comprenda la lista es un añadido que contiene el producto y a mayor cantidad tenga, es probable que la calidad de este pueda ser peor.
De cara a la etiqueta de valores nutricionales, según diferentes valores se puede evaluar si la calidad de este es buena o no (todo medido por ración):
Alto: 18g o más; Moderado: de 7 a 18g; Bajo: menos de 7g.
Alto: 4g o más; Moderado: de 1,5 a 4g; Bajo: menos de 1,5g.
Alto: 1,2g o más; Moderado: de 0,45 a 1,2g; Bajo: menos de 0,45g.
Alto: 400kcal o más; Moderado: de 150 a 400kcal; Bajo: menos de 150kcal.
Alto: 14g o más; Moderado: de 5 a 14g; Bajo: menos de 5g.
Es difícil establecer una proporción estándar de cada alimento, ya que cada persona tiene un gasto y necesidades diferentes al de otra persona. Sin embargo, sí se puede hacer una recomendación que sirva de referencia de los diferentes grupos alimenticios que deberían componer la alimentación de nuestro día a día, tales como la fruta (3-5 piezas al día), verduras (2 raciones al día), lácteos (1-3 raciones al día), carnes rojas (1-2 raciones a la semana), pescados blancos, azules y carnes magras (2-4 raciones a la semana), huevos (1-3 al día), arroz, pasta y legumbres (2-4 raciones a la semana), y frutos secos (3-7 raciones a la semana).
El concepto es utilizar de base el enfoque de dieta Mediterránea, sin embargo esta debe ser flexible y se debe amoldar a las necesidades, gustos, patologías, objetivos y al día a día de cada persona. La clave está en la variedad.
La fruta y verdura son alimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y fitonutrientes. Una ingesta variada y adecuada en el día a día presenta un factor protector y preventivo frente a patologías cancerígenas y patologías crónicas.
No podría deciros cuál es mejor, ya que cada una tiene sus características que la hace resaltar del resto. En la variedad está la clave.
De los mitos que más suelo escuchar es precisamente aquel que relaciona la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos (frutas, pan, pasta, etc), a partir de una determinada hora con engordar. De cara a esto decir que el aporte calórico de un alimento no varía según la hora del día y que ningún alimento por sí solo no tiene la capacidad de hacernos coger o perder peso. Al final, que cojamos o perdamos peso dependerá de que a lo largo de los días estemos en estado de déficit o superávit calórico (ingerir más o menos calorías de las que gastamos), y cuya calidad de macronutrientes definirá si esa ganancia o pérdida sea buena o no.
Ahora que llega el calor y entra la temporada de fruta muy interesante, una buena idea es hacer helado con ella:
No empieces una dieta que termines dejando algún día, adopta mejor un estilo de vida que te acompañe toda la vida.