Puede ser que te cueste desconectar del trabajo durante tu vida personal o te sea complicado llevar a cabo todas las tareas que tienes pendientes en tu jornada laboral por temas de tu vida privada. Es completamente normal y hoy os dejamos algunos consejos para solucionarlo.
Para poder organizarte tanto en el trabajo como en tu vida personal, es importante tener cada día unas horas fijas en el trabajo y tener una rutina. De esta forma, puedes organizarte con antelación con las tareas de tu día a día.
Cuando salgas del trabajo, tómate tu tiempo para hacer lo que más te guste. Una vez salgas de trabajar, ya no deberías estar pendiente del correo o llamadas relacionadas con el trabajo. Tienes que poder irte sin pensar en asuntos laborales.
Ten siempre una agenda o calendario en el que te puedas ir anotando las tareas pendientes para poder organizar tu día a día. Tienes que ser realista y anotar aquellas que puedes hacer en un día y repartirlas en toda la semana. Tú sabes tu ritmo de trabajo y qué puedes hacer. Combina tareas simples o rápidas con tareas más complicadas o que lleven más tiempo. Así puedes ir variando. De la misma manera, puedes planificar tu vida personal para que cada día sepas qué hacer.
Puedes priorizar tus tareas en “urgentes”, “importantes” y “normales” para saber cuáles debes hacer primero. También debes priorizar tu vida personal y saber cuándo debes parar de trabajar.
Te ayudará mucho si en tu vida personal, compartes las tareas domésticas con los otros miembros de la casa o familia. Os debéis organizar y repartir las tareas según pueda hacer cada uno, de manera que quede todo bien repartido y justo y no tenga que hacer una sola persona las tareas de casa.