Marc Vendrell es uno de nuestros agricultores más jóvenes y es el encargado de traernos las calabazas que os llegan a vuestras casas. Marc tiene la empresa familiar en Zaidín, se dedica a la venta de frutas y desde hace unos dos años, han empezado también a cultivar calabazas de variedad violín y halloween (de intenso color naranja). La relación con Marc empezó el año pasado, cuando nos contactó para explicarnos su problema para vender algunas de sus calabazas. Su problema era que a algunas de ellas les toca demasiado el sol, hay muy pequeñas o muy grandes o que por problemas meteorológicos les salen grietas o golpes y por este motivo no las aceptan en las grandes superficies.
La temporada de cultivo de las calabazas es aproximadamente desde marzo, que es cuando se siembran, hasta octubre - noviembre, que son los meses en los que se recolectan. Cuando las calabazas están listas y llega la temporada de la recolección, las recogen y en este momento pueden ver cuantas no podrán salir a comercialización. Es en este momento cuando se pone en contacto con nosotros y nos explica que en su campo hay piezas que necesitan ser rescatadas. Nosotros vemos cómo podemos ayudarle, ya sea poniendo las calabazas en las cajas TALKUAL o haciendo una donación a entidades y asociaciones que lo necesitan. Este tipo de producto, es muy agradecido, ya que duran muchísimo tiempo si las conservas en un lugar fresco y oscuro (como por ejemplo un almacén o en la despensa).
Jordi Martínez es de Almacelles y nos trae las ciruelas que no puede vender en las grandes superficies. Se trata de uno de nuestros primeros agricultores ya que nos ha traído productos desde nuestros inicios. Trabajamos con él durante todas las temporadas de ciruelas, es decir, cada año en verano. El principal problema, este año y casi todos los años, es que si hace mal tiempo como por ejemplo viento, los productos quedan con rozaduras y manchas exteriores y no tienen un color uniforme. A veces también pueden tener pequeños golpes por las condiciones meteorológicas que no afectan a su interior. Por esta razón, no pueden ser comercializados y Jordi se pone en contacto con nosotros para ayudarle a vender su producto que es igual de bueno que las ciruelas uniformes de color.
La ciruela es una fruta riquísima para el verano y lo mejor es conservarla unos días a temperatura ambiente para que llegue a su punto óptimo de maduración y una vez madura, se puede conservar en el frigorífico unos dos o tres días.